sábado, diciembre 16, 2006

Comentario de la exposición del voto de Chile ante el consejo de seguridad de la ONU

Comentario de la exposición del grupo “Voto de Chile en la ONU”.


En primer lugar, señalar que los medios de comunicación de masas, son un campo productor de signos, de formas, que van configurando el discurso acerca de lo público, de lo político. Constituyendo a si mismo un saber hegemónico, donde el discurso es todo lo contrario a un discurso incorpóreo, amorfo, sin sentido, sino más bien el resultado de las relaciones de poder que configuran el campo de la información.

El asunto del voto de Chile en la ONU desató todo un episodio mediático dentro de la política interna del país, plano en el cual siempre se plantearon las contradicciones que se desarrollaron durante ese momento. Por un lado se planteó el rechazo absoluto de la democracia cristiana frente a la candidatura de Venezuela por lo que representa el proyecto “revolucionario Bolivariano” de Hugo Chávez; no fue menor el hecho de que la interlocutora oficial de la d.c. fuera, para esa situación específica, Soledad Alvear, dado el ascendiente y liderazgo que genera al interior de dicho partido; por otro lado estaba el abierto apoyo a la opción Venezolana manifestado por el partido socialista a través de, principalmente, el senador Alejandro Navarro.

Es por estos elementos que la contradicción se abrió dotada de un carácter más propiamente ideológico que en otras ocasiones en que la concertación saca a relucir sus diferencias internas, hecho al que hay que sumarle las lealtades políticas internacionales que conllevaba la decisión presidencial acerca del voto en la ONU; siendo posible rastrear la influencia, por lo demás siempre presente, de los ee.uu. dentro de la política interna de chile; por ejemplo, los argumentos d.c. sobre la ingerencia del proyecto Bolivariano en la política interna de otros países de la región, no es más que la repetición obediente de la visión y postura de ee.uu. sobre el tema.

La solución buscada por el gobierno es destacable por el delicado movimiento de influencias que fue necesario hacer para mantener el necesario equilibrio político dentro del bloque oficialista, de tal manera que, ojalá, ninguna de las partes protagonistas se sintiera abiertamente derrotada. El ejercicio del poder, por parte de quienes lo detentan, requiere de decisiones acertadas para mantener la coherencia, continuidad y proyecciones que permitan su permanencia en el tiempo.