sábado, diciembre 16, 2006

A PROPOSITO DE LOS MEDIOS DE INFORMACION

Comprender por que la televisión (y demás soportes) y su consiguiente imperio de la imagen, ha resultado un espectáculo muy característico de la sociedad de masas, es un tema largo y tendido. En primer lugar constatar que la televisión que hoy tenemos es el resultado del chile que tenemos, un chile de cartón, más propiamente un chile televisivo, un chile de la apariencia, un chile de la imagen.

El chile de la imagen es que estamos entre los mejores del barrio, que la economía es una de las más estables, que exportamos salmones, vinos, papel, frutas, un chile que no necesita palabras, vean sus imágenes sería la invitación.

“Una imagen vale más que mil palabras”, ese sería el refrán, pero lamentablemente, las imágenes que presentan al chile de hoy y que dan vuelta por el mundo como el bicentenario, el funeral de pinochet, la derrota del colo colo sólo crean un imaginario social, lejos de representar al chile de hoy.

Basta con interiorizarse un poquito en el mundo del trabajo, recorriendo sus puntos más claves dentro del sistema productivo, aquellos que generan riqueza al país, y ver las contradicciones del chile que se presenta al mundo.

Un ejemplo de ello sería acercarse a la realidad de los trabajadores de la industria del salmón, que en los últimos 10 años ha crecido 10 veces , y que está generando miles de millones de dólares, sin embargo las condiciones laborales en la que se encuentran los trabajadores son pésimas.

Los trabajadores que practican el buceo para arreglar las jaulas de los salmones, se están muriendo por no tener un equipo de ambulancia cerca de su lugar de trabajo:
“José Diego Barría Reyes colocaba y revisaba redes loberas en un centro de cultivo de salmones de la empresa Frío Sur, a 20 metros de profundidad. Desde el exterior, una máquina compresora conectada a una manguera lo proveía de aire. Era su trabajo habitual: colocar las redes, revisar la jaula de salmones y sacar los peces muertos de las profundidades. Mientras realizaba su labor, la fina red destinada a los lobos de mar se le enredó en el cuerpo y desprendió la manguera que lo proveía de oxígeno. Murió de asfixia por inmersión. No es el primero y probablemente no será el último buzo que perece en la industria salmonera.”

Las temporeras trabajan en frigoríficos, con temperaturas bajísimas, sacándole las espinas al salmón, trabajan 8 horas de pie y ya muestran enfermedades como tendinitis, abortos espontáneos, son temporeras que no tiene derecho para ir al baño y menos aún jardín infantil para dejar a sus hijos, pero extraen el mejor salmón que se exporta principalmente a EE.UU. y Japón.

Lamentablemente esto no sale en la tele ni en los artículos que narran los medios.

El ejemplo, es un reflejo acerca de los temas de relevancia en este país, los que no se encuentran abarcados por el campo periodístico, entonces las preguntas surgen.

Y las explicaciones también.

Una respuesta sería que en la sociedad de masas que nos encontramos, la cosa funciona así, es decir los espacios públicos se reducen, ya sea por que la industria cultural como fenómeno, cambia el switch, se pasa de un sujeto meramente ilustrado a un sujeto principalmente consumidor y esto conlleva transformaciones culturales que afectan la vida cotidiana y en general todo el orden de las cosas. Este cambio va de la mano con las revoluciones tecnológicas que también transforman las formas de entender la política, la vida. Lo político aparece mediado por soportes televisivos y estos privilegian la forma más que el sentido de lo político.

Otro aspecto importante a señalar es que en este proceso de construcción de la realidad, hay un vacío de contenido, hay una puesta en escena de lo “privado”, hay una necesidad de mostrar la vida, la intimidad como un espectáculo, hay una necesidad de mirar la vida de los “otros” como si fuera esa la vida misma, hay un proceso de farandulizacion de los medios que no puede ser mas patético. Basta con mirar las portadas de los diarios del kiosco de huérfanos.